Expropiar es Robar



Esta semana ocurrió algo, que tiene un significado histórico increíblemente peculiar. Un presidente en el acto de entrega de su “Memoria y Cuenta” ante la asamblea nacional fue increpado por “Ladrón”.

Un evento de semejante naturaleza y repito, significación, me ha servido de bálsamo renovador en esta lucha. Al fin, un ciudadano(a) tuvo la valentía de erigirse frente al Jefe de Estado de su país y decirle en su cara y en cadena nacional una verdad del tamaña de una catedral (diria un español). La denuncia si bien no fue hecha por un ciudadano cualquiera sino por alguien que goza de una inmunidad especial por la relevancia de su cargo no le resto merito al mayor ejercicio de conciencia ciudadana que una persona puede acometer, como es el de controlar, denunciar, aclarar, y responsabilizar a los funcionarios públicos por las actuaciones durante el ejercicio del gobierno.

Tal denuncia se fundamento en el actuar y proceder entorno a las expropiaciones llevadas acabo en los últimos 14 años de gobierno en nuestro país. Lamentablemente no todo puede ser color de rosa, y si bien hubo una muestra de crecimiento y madurez política, los mismos agoreros leguleyos de siempre (vaya usted a saber con que finalidad) quisieron hacer salvedades respecto de la “imprecisión” de que expropiar “no es robar” si se acompaña dicho acto de un procedimiento previo y de una justa indemnización.

A continuación en un ejercicio de pedagogía, como en efecto trato de que todos mis artículos lo sean, voy a explicar por que a la luz de los que defendemos la propiedad privada, los derechos individuales y el limite en el ejercicio del poder publico, la expropiación bajo cualquier circunstancia ya sea precedida o sucedida de actos “legitimantes” constituye verdaderamente un ROBO.

Seguidamente precisaremos un par de conceptos que nos ayudaran a hilvanar mejor las ideas.